LUMIÈRES FORAINES
Podría tratarse de la feria de un pueblo. De uno pequeño, probablemente. ¿En Francia? Debería suceder en la calurosa primavera de 1937. En los últimos días, esos que huelen a verano y ausencias. Habría una vendedora de globos que se ganaría el afecto de todos los niños que soñamos con volar. Y habría un muchacho. Podría encargarse de encender las farolas, (aunque seguro que si le pides una mariposa, la inventa para ti). Y nos falta algo más… algún ingrediente para que se convierta en una bonita historia de amor llena de sorpresas… ¡Eso! Así, mientras el muchacho pasea, sueña con mariposas que le ayuden a volar y contemplar junto a ella los farolillos y las luces de feria.
¡Sí! Lumières foraines.